“Sangre de los rebeldes irlandeses”: la ascendencia menos conocida del Ché Guevara

La imagen de Guevara en las calles de Galway (Foto: Juan Martín Fernández).

Amado y odiado. Venerado y despreciado. Pero jamás ignorado. A casi 55 años de su muerte, la siempre célebre y polémica figura de Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Ché, ha sido estudiada e investigada por múltiples historiadores, periodistas, y escritores de todo el mundo.

Su vida y obra fue repasada una y otra vez, contada desde diferentes puntos de vista, y escudriñada de principio a fin. Sin embargo, hay un aspecto de su identidad que pocos tienen en cuenta a la hora de contar la historia del guerrillero argentino: su ascendencia irlandesa y sus dos visitas a la isla.

A lo largo de su vida, el Ché se identificó con su Argentina natal y con Cuba, el país por el cual luchó y que lo apadrinó. Su ideología antiimperialista y sus viajes por América Latina, el Caribe, África, Europa, y Asia lo llevaron a levantar las banderas de diferentes luchas y naciones. No obstante, jamás se le asoció con Irlanda, a pesar de que por sus venas corría “sangre de los rebeldes irlandeses”.

Tal como asegura Hugo Gambini en su biografía “El Ché Guevara", una de las más fidedignas, y como confirmaron en diferentes ocasiones el propio Ché, su padre Ernesto Guevara Lynch, y su hermano menor, Juan Martín Guevara de la Serna; la abuela paterna del guerrillero, Ana Isabel Lynch, era nieta de Patricio Lynch, señor de Lydican, natural de Galway, Irlanda, quien llegó a Buenos Aires a finales del siglo XVIII. 

“Por las venas de mi hijo corría la sangre de los rebeldes irlandeses, de los conquistadores españoles y de los patriotas argentinos. Evidentemente el Ché heredó algunos de los rasgos de nuestros antepasados ​​inquietos”, dijo el padre de Guevara en 1969, durante una entrevista con el ruso Iosif Lavretsky para su libro “Ernesto Ché Guevara”.

Muchos años más tarde, tras décadas de rehusarse a hablar de su hermano, Juan Martín Guevara de la Serna, 15 años menor que el revolucionario, también confirmó la rama irlandesa en el árbol genealógico.

Además, contó la importancia que le daba su padre a estas raíces: “Mi viejo era quien más trataba de trasladarnos que nosotros tenemos procedencia irlandesa, con la intención de diferenciarnos de los ingleses, y también para trasladarnos una especie de idea libertaria”, dijo en un homenaje en 2011.

Las visitas del Ché a Irlanda 

Algunos años antes de su muerte a manos de militares bolivianos respaldados por la CIA, Guevara pisó dos veces la isla: la primera fue en 1964, cuando viajaba desde Nueva York (tras intervenir en la Asamblea General de la ONU) hacia Argelia, e hizo una parada técnica en Dublín. Durante esa breve escala, fue entrevistado por RTE y respondió sobre la situación política en Cuba y las recientes amenazas contra su vida.

Tras muchos meses en África, donde dirigió una serie de operaciones militares en la guerra civil del Congo, en marzo de 1965 regresó a La Habana. En ese trayecto, volvió a parar en Irlanda, esta vez en el aeropuerto de Shannon, para reabastecerse de combustible. 

Aunque el Ché no hablaba inglés, un periodista local, Arthur Quinan, no dejó pasar la oportunidad de entrevistarlo. El reportero narró en sus memorias que la mejor forma que encontró para acercarse al guerrillero fue recordándole sus conexiones irlandesas. 

De esa forma, Guevara, quien aprovechó su breve estadía para visitar por unas horas la ciudad de Limerick, le terminó confirmando sus raíces gaélicas a través del apellido Lynch.

Calcomanía del guerrillero en un bar de Belfast, Irlanda del Norte (Foto: Juan Martín Fernández).

El reconocimiento irlandés en la actualidad

En 2022, esta particular rama genealógica del revolucionario sigue siendo recordada con orgullo por los irlandeses de izquierda: su imagen puede encontrarse en carteles de Galway, bares de Dublín, y hasta en murales de los barrios católicos de Belfast, Irlanda del Norte.

A su vez, en 2017, para conmemorar el 50 aniversario de su muerte, el servicio postal de Irlanda emitió una estampilla con la imagen del Ché, que fue un éxito de ventas (y también motivo de polémica entre los diferentes partidos políticos del país).

De este modo, la controversial figura de Guevara perdura en la memoria de muchos irlandeses, quienes aún en la actualidad se aferran a ese vínculo con el guerrillero, y al peso simbólico que tuvo para los movimientos de izquierda, para sostener y respaldar sus ideas y convicciones.

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