Guillermo Brown: hijo de un hilandero irlandés y padre de la Armada argentina

La estatua de Guillermo Brown en Dublín. (Foto: Juan Martín Fernández)

Está claro que el sentimiento independentista estaba presente entre los irlandeses desde hace mucho tiempo antes del Alzamiento de Pascua de 1916 o la declaración del Estado Libre Irlandés en 1922. No obstante, durante siglos enteros, la ocupación británica obligó a cientos de miles a emigrar de la isla y a llevar sus ideas revolucionarias a otras partes del mundo.

Un claro ejemplo fue William Brown, más conocido en Argentina, su patria adoptiva, como Guillermo Brown o el Almirante Brown. Nacido el 22 de junio de 1777 en Foxford, condado de Mayo (por aquel entonces perteneciente al Reino de Irlanda, gobernado por los ingleses protestantes), creció en una familia profundamente católica, lo que le valió una infancia de opresión.

Antes de ser considerado el padre fundador de la Armada argentina y pelear de forma sobresaliente por la independencia del país, vivió una intensa persecución religiosa. Esta realidad, sumada a la pobreza y la falta de oportunidades en la isla, llevaron a su familia a tomar la decisión de abandonar Europa.

Según el argentino Marcos Aguinis, autor de “El combate perfecto”, una de las biografías más detalladas sobre la figura de Brown, su padre trabajaba en una hilandería, parte de la famosa industria textil irlandesa de fines del siglo XVIII. Y ante las repetidas represiones de las fuerzas británicas en Foxford, varias veces defendió a su familia a punta de pistola.

La familia Brown emigró a Filadelfia cuando Guillermo era aún joven. (Foto: Juan Martín Fernández)

“Guillermo ayudaba a su padre. Cuando podía, escapaba del taller y contemplaba con entusiasmo las embarcaciones que cruzaban a golpe de remo el apurado río Moy”, cuenta Aguinis en su historia novelada. El escritor hace énfasis en que, ya desde pequeño, Brown se vio interesado por los botes y la navegación. Y afirma que fue su tío, el sacerdote Brown, quien le enseñó a empuñar los remos y a extender las velas.

Durante las últimas décadas del siglo XVIII, la situación se tornó cada vez más complicada para los irlandeses católicos. Bajo el reinado del rey Jorge III, un decreto limitó la enseñanza a quienes no fueran protestantes. Además, fueron aprobadas restricciones a la industria textil, lo que provocó que muchas hilanderías cerraran y la pobreza siguiera abriéndose paso en la isla.

De este modo, la familia Brown decidió emigrar a Filadelfia, Estados Unidos, conduciendo por primera vez a Guillermo, de 9 años, del otro lado del Atlántico. Allí, tras quedar huérfano, se uniría a un buque norteamericano durante diez años, experiencia que lo convertiría en un marino completo y forjaría su personalidad.

Tras ser apresado en dos ocasiones por navíos enemigos, decide alejarse de una Europa incendiada por las guerras para probar suerte como comerciante marítimo en Sudamérica, más precisamente a las orillas del Río de la Plata, donde se convertiría en pieza fundamental del proceso independentista de Argentina.

El reconocimiento irlandés en el siglo XXI

Fiel a su historia de lucha, el Estado de Irlanda reconoce la labor de Guillermo Brown, aunque sus hazañas hayan tenido lugar a casi 11.000 kilómetros de distancia. De hecho, hoy en día su figura está presente en Dublín, a orillas del río Liffey, donde todavía observa el pasar de los buques irlandeses, tal como hacía de niño en el condado de Mayo.

Irlanda lo celebra como una “figura clave” en la guerra de Independencia. (Foto: Juan Martín Fernández)

El 25 de agosto de 2012, el entonces alcalde de la capital irlandesa, Naoise Ó Muirí, inauguró un monumento de este “excepcional hijo de Foxford”, en el que se lo celebra como “una figura clave en la guerra por la Independencia contra España” y por defender “exitosamente a la República Argentina contra Brasil” entre 1825 y 1828.

Desde su forzada partida a los 9 años, Brown resolvió retornar a su tierra natal para visitar a sus hermanos en 1847, tras cumplir 70 años. Queda claro que el sentimiento independentista irlandés lo acompañó durante toda su vida, en especial en su lucha por la liberación de un pueblo que, al igual que el suyo, buscaba valerse por sí mismo y no depender de una corona que no lo representaba.

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